Por: Isabel Antezana M. (Psicologa Humanista, Master en RRHH. Salamanca- España). Master en Profesorado de Educacion Secundaria (Burgos- España)
miércoles, 28 de marzo de 2012
lunes, 26 de marzo de 2012
domingo, 25 de marzo de 2012
sábado, 24 de marzo de 2012
martes, 20 de marzo de 2012
miércoles, 14 de marzo de 2012
sábado, 10 de marzo de 2012
miércoles, 7 de marzo de 2012
viernes, 2 de marzo de 2012
"Cuatro leyes de la espiritualidad":
La primera dice "La persona que llega es la persona correcta", es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.
Sai Baba
La segunda ley dice "lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido". Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: "si hubiera hecho tal cosa...hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.
La tercera dice: "En cualquier momento que comience es el momento correcto". Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.
Y la cuarta y última: "Cuando algo termina, termina". Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegue a nuestras vidas hoy; es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado!
Principio de atracción #1. Cualquier cosa que tengas que perseguir en la vida va a huir. (del libro Por qué los hombres aman a las cabronas)
La mujer que persigue a un hombre vestida con camisón negro, solo obtendrá que él
tenga sexo con ella... y él después va a huir.
Los hombres huyen porque la manera de actuar de ella no sugiere que se dé un valor
alto a sí misma. La relación es nueva, y el lazo entre ellos está relativamente vacío; pero
ella ya jugó su mejor carta.
Él asumirá que ella está desesperada, o va a asumir que ella quiere acostarse con todos
los hombres desde el primer momento. O ambas opciones. Lo que se pierde en el
camino es que él aprecie too el esfuerzo que ella hizo. Una vez que un hombre
comienza a perder el respeto por una mujer porque ella acepta devaluarse sutilmente,
también va a perder el deseo de acercarse a ella. Con o sin camisón.
Si el hombre no obtiene todo desde el primer momento, apreciará más cuando pasado el
tiempo lo obtenga.
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